El pasado sábado se inauguró en una sala de la estación superior del teleférico una exposición fotográfica sobre los 50 años de historia del Teleférico de Fuente Dé, obra de José Calavera, colegiado de honor del CITOPIC. Al acto acudieron la Presidenta del CITOPIC, Paloma Gázquez, y el Decano de Cantabria, Jesús López Brea.
Además de la exposición, los actos consistieron en la presentación de un libro sobre la historia del teleférico, cuyo autor es José Ramón Saiz y una charla del ingeniero redactor del proyecto, José Calavera, que ha dio paso a debate-coloquio para finalizar con un vino español.

De izquierda a derecha, José Calavera (autor del proyecto), Paloma Gázquez (Presidenta del CITOPIC), Miguel Angel Revilla (Presidente de Cantabria) y Jesús López Brea (Decano del CITOPIC Cantabria).
El presidente regional comenzó su intervención destacando que “estamos ante los 50 años de un éxito. Hubo una persona, José Antonio Odriozola, que “clavó” con su idea la importancia de la construcción de un teleférico en Fuente Dé. Si ahora estaría vivo se llevaría la sorpresa de que aún tiró por bajo, porque nadie iba a suponer que a día de hoy hayan subido en ese aparato diez millones de personas” y recordó que “también hubo otras personas que recogieron esas ideas, porque Pedro Escalante, presidente de la Diputación, creyó en ello, y el arquitecto Hernández Morales y el ingeniero José Calavera, con sus conocimientos técnicos, hicieron posible esta realidad, que ha permitido que hoy disfrutamos de ese éxito que ha cambiado Liébana”.
En la exposición se muestran fotografías a gran tamaño y en un panel LCD, cedidas por José Luís Bustamante, hijo de Eusebio Bustamante, fotógrafo de Potes, y por otros colaboradores, y en unas vitrinas se puede contemplar el anteproyecto de las telecabinas, de José Calavera, con perfiles y plantas, así como el trabajo que presentó el ingeniero lebaniego José Antonio Odriozola, para convencer a las autoridades de la construcción en Fuente Dé de un teleférico. Igualmente, se puede ver piezas eléctricas como un contacto trifásico, enchufes, un traster para tensar cables, un martillo para la piedra, una polea, y restos del cable de las antiguas cabinas, así como una antigua invitación para subir en el teleférico.
Francisco Martín, Consejero de Innovación, Industria, Turismo y Comercio, manifestó que “aunque es difícil precisarlo, por el teleférico han pasado más de diez millones de personas durante estos años”. También remarcó el Consejero que “en los últimos años la afluencia de visitantes nunca ha bajado de 200.000 personas anuales. No cabe duda que es un hito turístico que ha significado el progreso para Liébana”.
El escritor José Ramón Saiz explicó en su intervención que “en los inicios de los años 60, Liébana era una comarca casi tercermundista, sin comunicaciones y sin servicios, y el teleférico fue el motor de lo que vendría después de su construcción en 1966”. Después, recordó al fallecido José Antonio Odriozola, que “en el I Consejo Económico Sindical de Liébana, en el año 1961 instó a sus amigos de Liébana a que apoyasen la construcción del teleférico, y en una memoria que realizó y presentó al Consejo en enero de 1962, dibujó el futuro de Liébana, diciendo que el teleférico significaría la ordenación turística de la comarca, y acertó en que traería el progreso para los lebaniegos”.
Por su parte el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, José Calavera, que participó activamente en la construcción, especialista en estructuras, que junto con el arquitecto Hernández Morales, fueron los que proyectaron y dirigieron las obras del teleférico, explicó muchos detalles de la construcción del teleférico, recordando que “el teleférico y el Parador recibieron corriente eléctrica tres meses antes de acabar las obras” y en cuanto a la capacidad de las cabinas, dijo que “nosotros en el proyecto tuvimos en cuenta cabinas para quince personas en la obra civil, y para los cables primitivos cabinas de ocho personas, que son las que se montaron al principio”. También, recordó el ingeniero vivencias que nunca había contado, explicando que “puse a prueba el saco de rescate a una altura aproximada de 30 metros de la estación inferior. El cable tiene tres sistemas de seguridad, y el último de todos es el saco, por eso lo probé yo personalmente, pero el teleférico tiene un cable antitorsión, y por eso en los 30 metros no di menos de 20 o 25 vueltas hasta llegar abajo”.
El teleférico de Fuente Dé
El Teleférico de Fuente Dé, situado en el municipio lebaniego de Camaleño, a 28 kilómetros de Potes, es una de las más importantes instalaciones de CANTUR, empresa pública del Gobierno de Cantabria. Salva un desnivel de 750 metros y traslada a los viajeros a la estación superior que está situada a 1.847 metros de altitud sobre el nivel del mar. En el primer año se trasladaron en el Teleférico 19.232 pasajeros y este año está previsto que se superen los 220.000 visitantes que se registraron en 2015, ya que en lo que va de año las visitas se han incrementado un 16% con respecto al mismo periodo del año anterior. Después del Parque de la Naturaleza de Cabárceno, es la instalación que más visitas recibe de todas las que gestiona la empresa pública CANTUR.
El Teleférico de Fuente nunca ha sufrido accidente alguno y en los cincuenta años de su funcionamiento tan sólo se produjo un incidente en febrero de 1975, cuando una de las telecabinas se quedó suspendida y tuvo que evacuarse a los pasajeros, sin que hubiera ningún tipo de daño personal.
El teleférico está sostenido por tres cables de máxima seguridad: uno de guía, otro de tracción y otro de reserva, que garantiza al cien por cien la seguridad de los pasajeros.